Pedorris...que a gusto me quedé!!

Nuestros secretos más ocultos pueden salir a la luz cuando menos te los esperas, incluso hasta en el día más feliz de tu vida donde el jolgorio y el vicio se mezclan para provocar esos arrebatos de sinceridad que nos llevan a desvelarlos.

Los pedos. Las ventoleras. Rajarse. Tirarse un petardo o un follonazo. Todos lo hacemos varias veces al día, ¿no?, todos diferentes, con distinta sonoridad y duración pero con un único objetivo: hacernos sentir mejor. Y el que diga lo contrario que me explique por qué!!

Yo he vivido esto en mis propias carnes; hace poco descubrí algo insólito: he sido víctima de pedos subliminales durante mis horas lectivas en clase. Esto ni me entristece, ni me enorgullece pero...un poquito de por favó, hijas mías. En concreto fui bombardeado a sangre fría por dos verdugas las cuales no voy a revelar sus identidades. Me limito a describir las fotografías.

La primera fotografía muestra a pedorris número 1; sufría un trastorno en su organismo nunca visto hasta ahora, consistente en la aparición de un arco iris cada vez que se rajaba. Consecuencias: llego a creer que vivía en un mundo alternativo, al cual ella misma denominó "Alicia en el pais de las mierdavillas". Hoy en día se encuentra totalmente recuperada pero...imaginarse lo bien que golería allí en su mundo.

La segunda fotografía muestra a pedorris número 2, en su antiguo empleo como guardapedos forestal. Con sus inevitables ventosidades irrumpía en los bosques luchando contra los temibles incendios de verano y logró que media plantilla del cuerpo de bomberos presentara su dimisión. Para muchos se la conocía como CuescoWoman o La mujer del pedo de hielo, por la baja temperatura de los mismos.

Solo quiero que sepáis que estos inseparables huéspedes que siempre nos acompañan, los pedos, no tienen nada de malo pero que ya se están realizando investigaciones secretas por parte del gobierno de Zapatero porque si todos estamos expuestos a las ventosidades del de al lado, muy beneficioso no puede ser.