¡Hay un gorila en mi armario!

En un lugar de la calle huelva de cuyo nombre no pensamos acordarnos...nació una vez una pequeña criaturilla con mu poco pelo y corto pellejo llamada Paki.

Esta criaturilla crecio al amparo de unos seres peludisimos y enormes que se llamaban gorilas y que lo criaron como si fuera la reina de los mares de cantabria, ya que, le pelaban las naranjas y las peras, le cortaban los flamenquines y los filetes...y oiga, y hasta las uñitas....k para quejarse que estaba.

Un dia en su más plena adolescencia pasó por la puerta de su casa una gorila joven y altiva morena y de pelo largo y abundante, espeso. Esta joven le invitó a su casa neoyorkina y allí comenzaron su tórrido romance. El le hacía bailes y le contaba chistes de lepe y la mona de seda que mona se keda se quedó prendadisiiiisima de su pequeño carisma fuengirolense.

Desde entonces este criatura no pensaba en otra cosa que volver a ver a su monilla negra que tuvo que irse al África central a reponer cocoteros, que todos los dias le escribía cartas de amor deseando que lleguara el dia en que pudiera volver a pelarle las frutas y levantarle de la cama a las 6 de la tarde con un tierno masaje mandril. Y además, cómo iba a quejarse de ná si es que esta gorila le pagaba todas las copas, y nada, borrachera gratis al canto.

La mejor historia de amor desde romeo y julieta, jack y rose y abelino y pepa. Una historia con un final mu chungo porque Paki dejo a su gorila gorromea por otra más imponente, una gorililla más gorda y que tenía más pelo y que era más salvaje y que en lugar de pelarle la fruta se la estampaba en la cabeza. Es que a Paki le va la marcha.

¿Qué sera de este personajillo y de su nueva aventura amorosa con sefardina, la gorila suicida?
Son demasiadas las ganas de contarlo, y la ansiedad por saberlo. ¿Qué le deparará el futuro?

Fdo. Alcohólicos antónimos.

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Que rapidez la del control pa llegá al otro lao, no he visto ni el indicador andarile rile rile. (Nota del autor)